sábado, 27 de abril de 2024

La demagogia en el uso del concepto: «bien común»

Mario G. Mercado Callaú


En la República de Platón, Sócrates, el hombre más sabio de la Grecia clásica, fundamenta la organización de su estado ideal y lo expone a través del diálogo con otros filósofos. Según lo escrito por Platón, Sócrates creía que se debe rechazar con energía la poética debido a que este arte  distorsiona la verdad. Con mucho pesar, Sócrates admite que su primer gran maestro fue Homero, empero, la poesía debía ser rechazada porque en su concepción de estado lo que debe importar es la verdad y no la imitación. La poesía tiene el defecto de afectar y corromper el alma de los ciudadanos porque incita al placer y al dolor alejándolos de la ley y la razón, en consecuencia, de un saber correcto y de una buena opinión.

Si bien el rechazo del arte poético es contundente en la obra de Platón, la música era un arte que debía ser alentado en la configuración de su visión de estado ideal. Todos los ciudadanos tendrían que estar obligados a recibir una educación que combinara la gimnástica con la música para tener una población fuerte y bella que pueda defender al estado de los peligros externos e internos. Si un ciudadano era sólo educado en el arte de la gimnasia y no en el ámbito de la música se corría el riesgo de tener ciudadanos que se manejaran por la fuerza y brutalidad y no a través de un espíritu sensible que pueda persuadir a otro para lograr una sana convivencia.

Mientras Sócrates aguijoneaba con preguntas y refutaciones a los ciudadanos de Atenas, a miles de kilómetros en el estado de Lu, China, se encontraba otro gran pensador. Motzy (Mo Ti) de igual forma interpelaba a sus ciudadanos e impartía reflexiones a sus discípulos. Para Motzy, a diferencia de lo planteado por Sócrates, la música debía prohibirse. Motzy pensaba que para lograr un buen estado se debía hacer lo que el cielo ordenaba y lo que antiguos reyes sabios habían realizado en sus prósperos reinos. El cielo es la referencia a las divinidades chinas de la época que solicitaban un comportamiento moral a partir del amor al prójimo, según lo planteado por Motzy. La música debía ser prohibida, no porque no sea grata al oído, sino porque no formaba parte de la costumbre del pueblo el oírla, además en el pasado próspero cuando los reyes sabios gobernaban el arte musical era muy modesto. En tiempos de Motzy también existían problemas de gran prioridad a causa de terribles males. En aquella época muchos estados chinos tenían tres problemas fundamentales: el sufrimiento por hambre, el azote del clima y la fatiga del trabajo. Motzy (1987, p.127) lo manifestaba diciendo: “Y ¿cómo podrá el pueblo procurarse comida y vestidos, si tiene que ir a repicar grandes campanas, a tocar tambores, a tañer violines y guitarras, a soplar flautas y organillos y a danzar empuñando escudos y hachas guerreras? Yo creo que lo que no es necesario se debe suprimir”.

El arte musical para estos dos grandes filósofos de la época clásica era valorado de distinta forma, debido a la visión y preocupación que cada uno tenía con respecto a la mejor forma de organizar y administrar la cosa pública. Se puede mencionar que ambos tenían como bien común la protección del estado, que incluye el bienestar de sus ciudadanos. No obstante, es claro que la protección de ese bien común era divergente en muchas formas. Y así, a lo largo de la historia se evidencia que en la búsqueda de hacer prevalecer el bien común no sólo se ha prohibido la música y la poesía, también libros, pinturas, películas, obras teatrales, el conocimiento y hasta la opinión.

Otros problemas que emergen con el uso del concepto de bien común es la diferencia de su significado debido a su vaguedad y alcance. ¿Cuál es el significado de bien común, es un bien que merece protección porque beneficia a familias, a un barrio, una ciudad, una región, un país, un continente o para todo el mundo?, ¿es un bien para todos o sólo para los estratos sociales bajos?, ¿el bien común es para gente que vive actualmente o para futuras generaciones?

Tratar de encontrar respuestas a estas interrogantes inicialmente permite comprender las dificultades del significado del término y esbozar las posibles motivaciones y necesidades de su uso. No parece casual que políticos, activistas y líderes de opinión continuamente expresen el cuidado y protección de valores que representan el bien común. Se podría nombrar, por ejemplo, tres valores que gran parte de la ciudadanía aprecia como bien común: libertad, justicia y medio ambiente. La libertad y la justicia son valores más abstractos y de preocupación mucho más antigua que el medio ambiente. Aquí se puede evidenciar otra dificultad, cada uno de esos valores pueden tener significados distintos para muchos individuos. ¿Será qué los conceptos de justicia y libertad como valores abstractos significan lo mismo para alguien que vive en Cuba con respecto a alguien que vive en Estados Unidos?, ¿el concepto de medio ambiente y su preocupación como valor representa la misma importancia para un doctor en biología de Noruega que para un indígena de la Amazonía? Es probable que alguien argumente que, allende que esos conceptos tengan significados y alcances distintos sigan teniendo un valor común de alguna forma. Y claro que puede ser el caso. Empero, lo común de un bien no sólo depende de la mirada individual y colectiva que se tenga de ese bien, sino también de su contexto.

Alguien puede pensar, por ejemplo, que la moral cristiana es un bien común con el que se fundaron las ciudades europeas y que se debe volver a ese antiguo régimen donde el clero y el estado eran una sola institución. En este sentido, el bien común de un grupo puede servir para someter a otros a partir de la imposición de una moral religiosa frente a otras. Otro grupo de personas podría exigir que países en vías de desarrollo prohíban el uso de biotecnologías y la exportación de granos y carnes porque se debe proteger y preservar el bien común de la biodiversidad. Aquello seguiría causando un lastre para economías pequeñas de países pobres que no pueden mejorar sus índices de producción e ingresos, como otras variables de desarrollo.  

No se plantea que se deba descuidar valores como la libertad, justicia y el medio ambiente, lo que se advierte es la vaguedad del término y su mal uso (o buen y conveniente uso para algunos), que en muchos casos funciona como un elemento conceptual fundamental para la manipulación de masas a través de una narrativa bien entretejida.

Parece que los llamados a la defensa de supuestos bienes comunes son utilizados en distintas narrativas por todo tipo de instituciones con prácticas demagógicas para embaucar ciudadanos que aceptan y toman como verdadero y suyo un discurso sin antes cuestionar con mayor rigor la validez del discurso.

Ante ese riesgo conviene razonar con mayor detenimiento ejercitando la autonomía de pensamiento, evitando así ser arrastrado por discursos y narrativas que interesan a un grupo con objetivos claros y, a las pasiones de muchedumbres enajenadas que no entienden las consecuencias de sus actos.  


Referencias bibliográficas

Mo Ti, (1987). Política del amor universal, España: Tecnos.

Platón, (2007). La República, Buenos Aires: Gradfico.

Referencias gráficas

Obra pictórica de Zdzisław Beksiński

Recuperada de: https://www.xataka.com/magnet/el-tetrico-universo-pictorico-de-zdzislaw-beksinski-los-cuadros-que-superan-a-tus-pesadillas

sábado, 12 de noviembre de 2022

Hablar sobre lo que rodea y es el amor desde el realismo afectivo

 Mario G. Mercado Callaú

Entre los eventos de mayor alegría, satisfacción y dicha que muchos mortales podemos sentir en algunos instantes de nuestra vida, se encuentran aquellos momentos dentro de una cama, entre sábanas, con aquel objeto de nuestros más ardientes deseos. Planteo aquello porque en este rincón del mundo, la mayor parte de los individuos que conforman nuestra sociedad, no lo expresan como algo importante de su existencia o, como parte de cierta plenitud en sus vidas. A pesar de aquello, hablar sobre lo bueno que se siente tener sexo, es un problema menor comparado con el tabú que significa hablar sobre lo que rodea o es el amor.

El 27 de agosto de 1937, el gran poeta Raúl Otero Reich escribió: Sobre amor jamás reflexiones. Jamás hagas análisis ni crítica. Le quitarías con ello su misterio. El amor es una religión, a la que hay que tomar a ciegas. Por suerte, su coterráneo, Manfredo Kempff Mercado no siguió aquella sugerencia y en 1973 publicó su obra Filosofía del amor.

Allende de lo que sugieren poetas y escriben los filósofos, no se tiene la costumbre o el hábito de hablar en familia y con amigos, de aquel tema trascendental para la vida de cualquier persona. Parece que, sólo bastara con escuchar cada fin de semana un sermón que incluya a veces aquel tema como algo central o, como subyacente a otras temáticas dentro de cualquier liturgia religiosa. El problema estriba, porque el amor puede tener distintas acepciones y conceptos, así como distintos vínculos afectivos. Es evidente que el amor por un hijo, no es igual al que se siente por un hermano o amante. En tal sentido, este breve escrito se circunscribe en el amor de pareja, es decir, el amor sentimental o amor romántico.

El amor es algo central para la mayoría de los seres humanos. Es probablemente el sentimiento que más dichas y sufrimientos trae a nuestra especie. Sin embargo, en la práctica reflexiva no parece muy importante. Probablemente un número de personas coincida con Otero Reich que es mejor expresarlo y sentirlo que reflexionarlo. No obstante, es válido preguntarse, ¿qué se gana y qué se pierde al reflexionar sobre el amor? Para Otero la pérdida consiste en develar un misterio, empero, podemos ganar algún conocimiento que nos sirva para mejorar la forma de vivirlo en comunión con el ser amado.

Para Alejandro Dolina, el amor no se puede buscar o conquistar, simplemente sucede. En eso coincide Kempff Mercado que escribe: al amor no se sale a buscarlo. Tal vez suceda al contrario: es él quien lo encuentra a uno. Ambos pensadores, no plantean no salir y buscar rincones que ofrezcan posibles vínculos amorosos. Sino, más bien, no forzar el amor en los otros. Si tomamos como ciertas la tesis de Dolina y Kempff, quizá nos lleve a tomar mejores decisiones en la inversión de tiempo y recursos evitando vínculos que no prosperarán nunca. Es probable que alguien esté pensando, ¿a caso no existen ejemplos de personas que luchan por un amor imposible y llegan a conquistarlo? La pregunta puede tener distintas respuestas con distintos matices, sin embargo, en palabras de Kempff,  en la búsqueda del amor lo más probable es que se consigan amantes, no la persona amada. Y los amantes pueden ser parte de relaciones informales como formales.

Comprender dentro de una relación de pareja, la diferencia entre ser un amante y una persona amada, tiene que ver con un concepto que podríamos denominar madurez afectiva. Parte de esa madurez afectiva presupone interpretar al amor desde una visión propia del realismo afectivo. Bajo esas premisas, subrayo que, el amor es uno de los pocos sentimientos  que puede provocar inmensas alegrías y días de gozo, al tiempo que, terribles sufrimientos y grandes tragedias.

Hace ya varios años, desde las investigaciones realizadas por el neurobiólogo Semir Zeki y su equipo de investigación del Colegio Universitario de Londres, se sabe que los sentimientos de odio y amor transcurren por las mismas vías cerebrales, sólo que con algunas diferencias notables. Entre ellas se puede apreciar que mientras el cerebro de una persona en estado de enamoramiento inactiva parte del córtex donde se desarrollan las ideas racionales, el cerebro de una persona que odia no inhibe aquella zona cerebral, sino, más bien, parece excitarla. Lo que según Semir Zeki permitiría a una persona con odio llevar cuentas y cálculos para un accionar que dañe a la persona odiada.

En ese sentido, como plantea el neurocientífico Mariano Sigman, citando a Albert Costas, esto se relacionaría con aquella paradoja del amor. En general, según Costas, tenemos inclinaciones más agresivas, violentas y despiadadas con la gente que más amamos. Y que  también, está vinculado con la confianza por ser relaciones voluntarias, libres de la simulación y prejuicios, pero cargadas por celos, fatiga y el dolor que causa la persona amada, desatando furias irascibles e irracionales, muchas veces por cuestiones nimias. Esta paradoja del amor, explica en parte, las acaloradas discusiones y violencia que puede existir dentro de una pareja que se ama.

Recientemente otro estudio realizado por el neurocientífico Kent Berridge de la Universidad de Michigan sobre el placer, sugiere diferencias entre sentir gusto y sentir deseo. Entender, por ejemplo, mejor estas diferencias conceptuales y la dinámica de cómo nos afecta en nuestros vínculos emocionales y afectivos, puede ser importante para entendernos a nosotros mismos y parte de nuestras vivencias pasionales y amorosas, siendo estos elementos sustanciales del realismo afectivo.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando el dolor es mayor, por ejemplo, producto de una infidelidad o un desamor? Para Dolina amar implica temor por todos los riesgos que aquello conlleva. Desde la infidelidad hasta el desamor. En la actualidad, sobre todo en los más jóvenes, las parejas se solicitan unos a otros tener responsabilidad afectiva para ser claros sobre los sentimientos y emociones que existen hacia el otro. Sin embargo, es evidente que, para tener una responsabilidad afectiva  es necesario desarrollar primero cierta madurez afectiva partiendo de un realismo afectivo. Y aquello implica reconocer y aceptar que no todas las personas con las que mantenemos vínculos afectivos, tendrán en igual medida y grado un nivel de responsabilidad afectiva similar al nuestro.

Por otra parte, el surgimiento de una casta de expertos en cuestiones de amor, sin mayores evidencias académicas, se dedica a sugerir soluciones para llevar a buen puerto problemas como la infidelidad y el desamor. Algunos suponen, por ejemplo, que toda infidelidad merecería una ruptura inmediata por ser una terrible traición y engaño. No obstante, sería poco razonable evaluar del mismo modo los distintos tipos de infidelidades y circunstancias sobre el porqué el ser amado nos traicionó. Estimo que la infidelidad de nuestra pareja con un colega de trabajo, no es igual en grado y dimensión que si la infidelidad fuera con nuestro hermano o mejor amigo.

Es verdad, que para el individuo engañado, será difícil encontrar matices ante el descubrimiento de una infidelidad, empero, partir de una interpretación del amor desde el realismo afectivo, podría otorgarnos una capacidad adicional de reflexión sobre esos posibles escenarios, aunque se perciban de improbable factibilidad. El gran amador y seductor del siglo de las luces, Giacomo Casanova, escribió en sus memorias; Historia de mi vida, que a pesar de su experiencia y pese al buen aprendizaje que tuvo en este y otros campos desde su adolescencia, fue víctima de las mujeres hasta la edad de sesenta años. Lo que sugiere que tener una relación amorosa siempre será un riesgo, y esto implica la probabilidad de la infidelidad, dada las características de nuestra especie y sus costumbres morales.

Por otra parte, el realismo afectivo podría ayudar a comprender y aceptar que siempre existirán personas a las que nunca vamos a gustar y tampoco nos querrán o, en todo caso, nos podrán dejar de amar. Subrayo aquello, porque el idealismo amoroso, muchas veces promovido por la literatura y el arte cinematográfico distorsionan una visión más realista del amor, y que se termina imponiendo, allende de la creencia y convicción de los amantes.

Por lo tanto, el realismo afectivo implica aceptar que, por más bello, talentoso, virtuoso y con un nivel socioeconómico importante que se tenga, habrá personas que no nos amarán. En todo caso, el dinero y el poder, por ejemplo, podrán pagar amantes, pero no podrán comprar el corazón del ser amado. Es verdad, que un mortal con esas cualidades estará en mejor posición y podría tener mejores posibilidades para encontrar el amor, sin embargo, aquello, tampoco implica que nos dejen de amar al cabo de un tiempo.

Hablar y reflexionar sobre el amor desde distintas miradas, puede ayudar a consolidar una mayor madurez afectiva. Que no sólo ayudará a aquellos amadores a soportar las vicisitudes de aquel sinuoso camino, sino, también, puede ayudar a disminuir la violencia pasional tan frecuente en nuestra sociedad.


Imagen pictórica de Jean-Baptiste Regnault, El origen de la pintura; recuperada de: https://www.wga.hu/html_m/r/regnault/1dibutad.html


viernes, 15 de abril de 2022

La mano derecha siempre fue mujer

 «… que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha». Mateo 6:3

La historia universal cuenta con fulgurantes y épicos momentos de genio para avances sin precedentes del desarrollo humano. Podríamos denominarlos, como propusiera Stefan Zweig en un título de una de sus obras: Momentos estelares de la humanidad. No obstante, también existen espacios más prolongados que permiten un amplio espectro del desarrollo en campos tan variopintos como; la política, la ciencia y las artes. Estos espacios temporales son muchas veces denominados como «épocas o edades doradas».  Es probable que coincidamos con el lector con algunas de esas épocas, me refiero por ejemplo, a la época clásica griega, que tuvo su edad de oro con el nacimiento de la democracia y la expansión del comercio y poder político ateniense. También podríamos pensar en la época dorada del Islam, entre los siglos VIII y XIII con avances importantes en el comercio, la ciencia y las artes. Y así podríamos nombrar distintas edades de oro, como el renacimiento y la ilustración, entre otras épocas sobresalientes para la cultura universal.

 Y aunque se pueden encontrar individuos de distintos sexos y géneros que han aportado en aquellos movimientos extraordinarios de la cultura humana, no sería mentir decir, las pocas luces que arrojan las investigaciones sobre el aporte femenino, por ejemplo, en aquellas edades doradas.

Pienso en la Ilustración. Aunque la igualdad educativa entre hombres y mujeres era casi nula en su totalidad, hubo mujeres que fueron parte muy importante y activa de esa expresión y cambio cultural, pero que sus nombres (en caso de haber sido mencionados) no contienen las contribuciones que las figuras masculinas de la época ostentan.

En sus cartas filosóficas, François-Marie Arouet inmortalizado como Voltaire, divulga algunos métodos empíricos para combatir la viruela en la Inglaterra de aquel tiempo. En aquella descripción decide colocar el nombre de una mujer y el título de noble de otra, para describir la importancia que ambas figuras jugaron en la protección de la vida, salud y belleza de sus conciudadanos.

La primera mujer en nombrar es Lady Mary Wortley Montagu, quien en tiempos de COVID-19 ha saltado a la fama como una de las pioneras de la inmunización en occidente. Voltaire no sólo describe la fortaleza de espíritu de aquella mujer, sino, la difícil decisión de inocular a uno de sus hijos pústulas de viruela con el objetivo de lograr su inmunización.

Sin embargo, esta acción no ha podido ser trascendente para la salud pública de Inglaterra en ese momento y, la salud pública mundial de nuestro tiempo, sin una decisión política. Voltaire nombra a aquella figura política como la princesa de Gales y posterior reina de Inglaterra. Sin embargo, no escribe su nombre. En tal caso, conviene decir que se trata de Carolina de Brandeburgo-Ansbach. 

Voltaire la describe como un filósofo amable en el trono; (que) nunca ha perdido ni una ocasión de instruirse ni de ejercer su generosidad. Voltaire talla su descripción, no sólo como un ser piadoso, sino también, como alguien comprometida con la cultura y el conocimiento. Porque Carolina intervino en los debates de la física clásica como mediadora entre el doctor Clarke (defensor de las ideas de Isaac Newton) y Gottfried Leibniz. En tal sentido, debido a su aprecio por el conocimiento y al conocer las actividades de inmunización llevadas por Lady Mary, no dudo en inmunizar a sus hijos para que el pueblo inglés tomara su ejemplo. Voltaire destaca la importancia de ambas figuras femeninas para salvaguardar la vida, salud y belleza de miles de familias inglesas. Lo curioso, por ejemplo, es que Wikipedia describa muy pocas cualidades de Carolina, entre ellas, los celos del esposo por su elevada inteligencia debido a la correspondencia que mantenía con Leibniz.  

Estas curiosidades parecen ser una constante en la vida de muchas mujeres en distintas épocas. En esa línea, sin pasarnos a otra edad de oro y, manteniendo como hilo conductor la figura de Voltaire, podríamos hablar de; Gabrielle Émilie de Breteuil, más conocida como Madame du Châtelet.

Emilie du Châtelet pasó a la historia, como la querida (por decirlo de algún modo) de Voltaire. Sin embargo, su figura puede ser tan impresionante o más que la del connotado filósofo. Emilie fue una importante intelectual con estudios y aportes en matemática, física y filosofía. A la edad de doce años hablaba más de cinco idiomas y traducía libros, del latín y el griego al francés. También contribuyó a la divulgación científica haciendo un aporte invaluable con la primera traducción al francés de Principios matemáticos de la filosofía natural del gran científico, Isaac Newton. No es un hecho menor, si coincidimos que aquel libro, es uno de los más importantes de la historia de la física y la ciencia en general.

No obstante, gran parte de estas contribuciones han quedado en las sombras, dejando fuera de la representación al cincuenta por ciento de la población mundial, me refiero a las mujeres. Y aunque se han masificado estudios por reivindicar los aportes de figuras que pertenecen a grupos tradicionalmente marginados, todavía uno se puede encontrar con sujetos que, estimo, tuvieron una educación deficiente o, nacieron con mentes iluminadas por mecheros con escaso combustible que, con tono burlón, preguntan: “¿cuáles son los aportes de las chicas a la cultura?”



Collage realizado con imágenes de Wikipedia de Lady Mary Wortley Montagu (izquierda), Carolina de Brandeburgo-Ansbach (centro) y Emilie du Châtelet (derecha).


 


domingo, 18 de julio de 2021

Lo Perverso de la Gran Hermandad

 Mario G. Mercado Callaú

En el último libro de la saga Fundación (Fundación y Tierra), Isaac Asimov narra como el héroe de esta historia de ciencia ficción, al no conseguir documentos y vías legales para el ingreso de una mujer de su tripulación a otro planeta, usa como último recurso una perversión de la gran hermandad masculina. 

El héroe apelando a los lazos de hermandad masculina con la autoridad de migración le comenta que la mujer abordo cumplía la labor de satisfacer sexualmente a dos hombres en la nave, el héroe y su amigo. El problema estriba en que el amigo estaba comprometido y de anunciarse públicamente que existía una mujer abordo sin documentos, llegaría a oídos de la pareja oficial del amigo y como consecuencia su relación se terminaría. El agente de migración (un hombre) decide dejarlos pasar. El héroe al entrar en la nave explica su treta a la mujer que no entendía como la habían dejado pasar sin ningún documento: “Entre los varones existe una especie de masonería… y un hombre no traiciona nunca a otro, incluso le ayuda en caso sea necesario. Supongo que todo obedece a que los papeles puedan invertirse en otra ocasión”

Hay dos cuestiones que parecen relevantes sobre éste breve fragmento. Primero, la historia en cuestión está escrita por uno de los narradores de ciencia ficción y divulgador científico más importantes del siglo XX, el enorme Isaac Asimov. Segundo, que el contexto en el que se desarrolla el fragmento es aproximadamente a más de 20.000 (veinte mil) años en el futuro, lo que plantea que la hermandad masculina mantendrá sus fuertes lazos con el transcurso del tiempo.

Personalmente admiro con profundidad la enorme obra de Isaac Asimov. No obstante, sé que a lo largo de su vida, aprovechando la impunidad que la fama otorga,  acosó sexualmente a muchas mujeres lo que también  merece mi total condena y en igual proporción mi repudio.

Esto plantea que, más allá de la admiración, la amistad y los lazos de sangre que exista entre personas, se pueden valorar algunas cosas que, no implica dejar de condenar otras.

En Santa Cruz de la Sierra, ciudad y sociedad que creo conocer medianamente, se extiende de manera fortalecida la gran hermandad masculina, con base en tradiciones y creencias fuertemente machistas, otorgando un alto grado de impunidad social a agresores masculinos en el hogar.

El último verso del romancillo Coto Colorao refleja de manera literal el grave problema:

Era un hombre bueno

que se echó a perder

a causa y por culpa

de su esposa infiel.

El hombre bueno (Coto Colorao), de la historia en cuestión, comete un feminicidio, sin embargo, la culpa es de la “mala mujer”.

Hace poco en nuestra ciudad, salió a luz pública un nuevo caso de abuso extremo hacia una mujer y su hijo. El abusador, padre del menor y expareja de la mujer no recibió casi ninguna condena de la gran hermandad masculina. Desde autoridades, Instituciones cívicas hasta pasar por los individuos que forman parte del tejido social cruceño.

Activistas e intelectuales mujeres con buen tino condenaron a los integrantes de la gran hermandad masculina por su omisión y falta de valor civil. Lo que me lleva a reflexionar sobre el hombre cruceño en general.

Un gran porcentaje de hombres en Santa Cruz de la Sierra buscan con mucha vehemencia tres logros como los máximos objetivos en sus vidas: tener un buen estatus social, tener cada vez una prominente posición económica y ser reconocidos aunque sea por logros o atributos colectivos. Otro gran porcentaje de hermanos de esta gran logia se caracterizan por pavonearse en jaurías el fin de semana con alcohol y/o mujeres que validen sus genuinos logros.

Si a este selecto grupo añadimos que, las actividades culturales o aquellas que inspiran e insuflan el espíritu como la lectura, la música y el arte no forman parte alguna de sus intereses, hacemos referencia al concepto popular femenino del “camba básico”.

La cuestión con el “camba básico” pasa porque al contrario de lo que plantean algunas feministas que presuponen que el sistema (patriarcal) hace que los hombres conscientemente vean inferiores a las mujeres y las quieran someter o, por lo menos, no dejar acceder a cargos de poder que el patriarcado quiere mantener para sí, pienso que en principio la visión masculina pasa por ver de manera desigual sus derechos sexuales con respectos a los de la mujer.

El “cambas básico“ casado, por ejemplo,  siente que tiene derecho a tener relaciones con otras mujeres, llámense prostitutas o amantes (cholas) y, esto hace que, de manera explícita en las grandes reuniones que tienen, ya sea en días de "frater", en una pesca o después del futbol, aprovechen de exponer abiertamente sus infidelidades con orgullo, siendo aprobados por un número importante de sus correligionarios. No obstante, este derecho masculino no es posible para las mujeres, porque la mujer al casarse parece perder su estatus de persona y adquirir atributos de propiedad privada masculina (condición de ver inferior a la mujer de manera inconsciente).

El problema es que esto ha sido aceptado por generaciones, no sólo por un gran número de individuos pertenecientes a la hermandad masculina, sino, también, por un gran número del grupo de sororidad femenina. Lo que da impunidad a muchos "cambas básicos" que pululan en nuestra sociedad.

Si consideramos como ciertas estas aseveraciones y además asumimos que vivimos en una sociedad que ha sido y es violenta, las condiciones están dadas para que potenciales feminicidas actúen con cierto grado de impunidad social en las mazmorras de sus hogares.

Parecen no recordar que al estar en una posición de neutralidad (mejor llamada tibieza), en una situación de injusticia se elige el lado del opresor. Con justa razón algunas activistas e intelectuales cruceñas salieron públicamente a denunciar el ensordecedor silencio masculino.

Mientras la gran hermandad masculina no reflexione sobre que es importante valorar y que se debe condenar en nuestra sociedad, la agresión contra la mujer y la impunidad de delincuentes del hogar seguirá incólume.

En consecuencia, los hombres que pecan por omisión al no pronunciarse frente actos de injusticias y abusos para con las mujeres, pagarán en algún momento con los sufrimientos y vida de sus madres, hermanas e hijas, algo que debería motivarlos a asumir otra actitud y un poco de valor civil.



Imagen recuperada de: https://habitarquitectura.wordpress.com/2012/11/30/no-mas-maltrato-hacia-la-mujer/mujermaltratoviolenciogolpessilenciogolpeada/ 

domingo, 30 de mayo de 2021

¿Ciudadanos educados o cultos?

Mario G. Mercado Callaú 

¿Es educada nuestra sociedad? En términos generales podemos afirmar que sí. Esto porque la educación escolar, académica y algunos valores de urbanidad se han extendido a casi todos los estratos de la sociedad. Lo que es debatible es el grado de educación que se tiene. Si quisiéramos estar con puntuaciones elevadas de educación –bajo algún ranking contemporáneo- todos los individuos que componen nuestra sociedad deberían tener acceso a los mejores colegios y universidades del mundo. Algo inviable para cualquier sociedad contemporánea, incluyendo las más ricas. No obstante, aunque pudiera cumplirse tal entelequia, no sería del todo satisfactorio. Existe una diferencia marcada entre individuos educados y cultos. Y éste segundo concepto –me refiero a culto- , aunque no sea para todos deseable debiera ser por lo menos analizado.

En un breve artículo escrito en 2011 por Priscilla Delgado se marca la diferencia entre un ciudadano culto y uno educado. El ciudadano culto sería alguien que posee un conjunto de conocimientos que le permiten desarrollar un juicio crítico, mientras que un ciudadano educado es aquel que obtiene una buena formación académica y conoce y predica la urbanidad como forma de vida. Delgado se inclina por la formación de más ciudadanos educados, esté artículo pretende aspirar al otro ciudadano, me refiero al culto.

Poder ser parte de cualquier sistema educativo, aunque sea de un grado bajo de instrucción, es mejor que nada. Pero los sistemas educativos tradicionales pueden causar severos daños en la motivación y aspiraciones que tiene cualquier niño o joven sobre lo que desea conocer y hacer.

En tal sentido encuentro algunas condiciones que deben existir en la formación de ciudadanos que procuren tener un mayor grado de cultura.

En primera instancia incentivar la curiosidad. Sucede que en Santa Cruz, tradicionalmente la curiosidad ha sido vista como algo bastante negativo. Pienso que tiene relación con la tradición conservadora y los tabúes propios de nuestra sociedad. Es por muchos cruceños conocida aquella leyenda “La curiosa”. Quien por poseer un espíritu fisgón sobre el acontecer de sus conocidos, es castigada por un ser infernal con un paquete, para tentar su curiosidad. Aquella mujer al abrir el paquete descubre huesos humanos, lo que produce un miedo espantoso y la “cura” definitiva del temible mal, me refiero a la curiosidad.

La curiosidad no sólo puede ser vista como algo negativo, es de ella que emana las ansias por el conocimiento. Canalizar la curiosidad debe ser un trabajo importante en padres y maestros para beneficio propio, el de sus hijos y la comunidad.

Muchos docentes y maestros del mundo perciben que existe un entusiasmo genuino en preguntas de niños entre los 7 y 10 años de edad. Contrario a lo que ocurre con jóvenes que están por terminar la escuela o por ingresar a la universidad. Algo pasó en ese tiempo que anula la curiosidad por conocer y, que no debe ocurrir si aspiramos a la formación de ciudadanos más cultos.

Las preguntas parecen incomodar a padres y maestros, quizá porque no se tienen las respuestas o porque existen respuestas preestablecidas, pero que no develan ningún misterio sobre lo que se quiere conocer.

En tal sentido, otro elemento importante es la construcción de una pequeña biblioteca en el hogar.

¿Qué impacto tiene una biblioteca hogareña? Para responder a esta pregunta lo haré a través de tres ejemplos, dos reales y uno de ficción pero verosímil. Resulta que una figura descollante de la intelectualidad boliviana es la de Gabriel René Moreno del Rivero, nacido en Santa Cruz de la Sierra en el año 1836. Aquel suceso se da en medio de una población aproximada a los seis mil habitantes y con muchas carencias. Por ejemplo, en vías de comunicación con otros centros urbanos del país y de la región. Su biógrafo Josep M. Barnadas destaca que desde su niñez, Gabriel tiene un espíritu de un verdadero ciudadano del mundo o cosmopolita. Para que ese espíritu universalista haya tomado forma, hubieron acontecimientos importantes en la infancia del ilustre intelectual: la apertura al diálogo con extranjeros que llegaban a la ciudad y la biblioteca de su padre, única en estos tiempos. Ambas hechos, han sido importantes en la vida de Moreno que marcaron su infancia para poder entender ideas y vivencias que eran ajenas a su realidad.

Por otra parte, una biblioteca hogareña ha sido la fuente de liberación para individuos enclaustrados por una sociedad que los consideraba ciudadanos de segunda. Este es el caso de la escritora Virginia Woolf. Ella y su hermana no recibieron educación formal como sus hermanos. Empero la biblioteca de su padre como aquellas relaciones de la familia con la intelectualidad londinense de la época, fueron vitales para la formación intelectual de ambas hermanas. Además, por sus conocimientos y actividades, ambas hermanas formaron parte del círculo de Bloomsbury. Estas reuniones realizadas por excompañeros de la universidad del hermano mayor de las hermanas Woolf, tenía entre sus participantes a John Maynard Keynes, Bertrand Russell, entre otros intelectuales de renombre de la época. Lo trascendental del hecho es que ambas mujeres eran las únicas aceptadas por aquel círculo intelectual y, el centro de las reuniones durante mucho tiempo.

Tratar de ser ciudadanos cultos no sólo brinda una ingesta cantidad de datos, información y conocimiento, para ganar admiradores y otras banalidades, una biblioteca hogareña debidamente utilizada puede expandir la conciencia sobre lo que somos, hacemos y que queremos del mundo.

En el cuento de ciencia ficción El hombre bicentenario de Isaac Asimov se narra la historia de un robot autómata que es adquirido por la familia Martin. Esta máquina tiene una propiedad diferente al resto de robot de su tiempo, posee creatividad. Al principio Andrew Martin- robot de la familia Martin- se dedica hacer las labores domésticas de la casa, sin embargo, el propietario al descubrir su creatividad, ordena al robot dejar de hacer aquellas labores y dar rienda suelta a su creatividad. Al mismo tiempo, deja a Andrew utilizar su biblioteca con el ánimo de alentar aquella propiedad única que, hasta ese momento era sólo de humanos. Con el paso del tiempo, Andrew Martin genera mucho dinero para su propietario y para sí mismo, a través de la venta de sus obras de arte. Y lo primero que Andrew desea es comprar su libertad.

Aunque éste ejemplo, es propio de un cuento de ciencia ficción son muchos los libros a lo largo de la historia que han logrado modificar el pensamiento de individuos y sociedades enteras, en busca de mejores formas de vivir. Remarco que tener una biblioteca hogareña no sólo es un primer paso para incentivar la curiosidad en los más jóvenes, sino también de dar herramientas mejores para afrontar la vida en sus distintas dimensiones.

Aunque se ha sugerido muy sutílmente, la conversación con individuos con costumbres e ideas diferentes puede también aportar un importante capital cultural en nuestras vidas. Empezar hablar de problemas sociales, morales y políticos no debiera ser prohibido en ningún hogar. Sucede que aunque nos molestemos y se genere controversia sobre ciertos temas, la ganancia del hábito de tener diálogos cada vez más civilizados sobre problemas complejos tiene un valor inmensurable para la sociedad.

Y quizás algo remarcable, tratar de buscar ser ciudadanos más cultos no es interés del Estado o de alguna institución clerical, es una búsqueda privada. Si el Poder público no lo exige es quizá porque va en contra de sus propios fines.


Imagen recuperada de: https://twitter.com/futboltrotters/status/1260672238979858433/photo/1

domingo, 7 de febrero de 2021

El diablo también deja regalos

 Mario G. Mercado Callaú


Hace más de un año que se estrenó la película Joker. Manifiesto que tengo una opinión muy subjetiva y favorable sobre éste film, considerando que fue uno los mejores regalos del mundo cinematográfico en el último lustro. 

Disfrute la película, tanto, como la mayor parte del público que pudo observar la obra. No obstante, algunas escenas generaron un dilema moral por las distintas sensaciones y emociones que me provocaron. Por ejemplo (advierto sobre un breve spoiler), la escena donde Arthur Fleck (Joaquín Phoenix) en su proceso de transformación para convertirse en el Joker mata de una manera muy violenta a su excolega de trabajo Randall (Glenn Fleshler) y, al mismo tiempo, en un acto de compasión deja vivir a Gary (Leigh Gill), también excompañero de trabajo. La escena me encontró con una fuerte tensión que en lapsos de segundos se transformó en risas y carcajadas mientras liberaba aquella tensión del acto anterior (la muerte de Randall), esto, por la dramatización de como Arthur decide dejar con vida  a Gary.

Luego, la escena continúa con la entrada triunfal del personaje que todos esperamos desde el inicio de la película, me refiero a Joker. La entrada en escena del Joker tuvo un grato impacto en mi persona y, con un condimento especial. La nueva escena utilizaba una canción de Paul Francis Gadd más conocido como Gary Glitter. La canción en cuestión es Rock and roll (part 2), canción que, gracias a mi padre escuché desde mi infancia, y mientras seguía la secuencia cinematográfica generaba en mí una agradable sensación, a pesar que segundos antes había presenciado la dramatización de una brutal muerte.

Al día siguiente, busqué canciones de Glitter como,  I Didn't Know I Loved You (Till I Saw You Rock and Roll) y Do You Wanna Touch Me? (Oh Yeah), al tiempo que buscaba información biográfica del famoso ícono del glam rock de la década de los 70.

Descubrí que Glitter tiene un alto prontuario en cuanto a delitos sexuales. Desde poseer importantes archivos con pornografía infantil, hasta múltiples denuncias por violaciones a menores de edad en distintos países. Además, desde 2015 cumple una condena de dieciséis años por intento de violación a una menor de edad.

Para algunos individuos, estos antecedentes del compositor de Rock and roll part 2 hacen más siniestra aquella escena del Joker. Bajo ese conocimiento, emergen preguntas a responder, ¿es moralmente reprochable disfrutar una canción sabiendo que el creador es un conocido pedófilo y pederasta?, ¿o en todo caso, se puede separar los actos privados de un individuo que no tienen relación alguna con su obra? Pienso que, en éste y en otros casos similares, será importante separar la obra del artista. Una razón para ello sería analizar la relación de la obra con los inescrupulosos e impúdicos actos del artista. En éste caso, la obra no tiene como fin conseguir una condescendencia y/o empatía para con aquellos a los que brinda o regala su obra, me refiero a la sociedad. Simplemente el artista expresa su genialidad sobre aquello que hace mejor o gusta de hacer.

Por otra parte, uno puede admirar la obra del artista y censurar, reprochar y solicitar justicia en cuanto a las faltas y delitos que el artista realiza contra la sociedad.

En tal sentido, un individuo no debiera sentir culpa por disfrutar una película de Mel Gibson, dejar de sentir asombro por las obras de Caravaggio o sentir vergüenza al afirmar que Diego Armando Maradona ha sido uno de los más grandes jugadores de fútbol de la historia.

Pero existen otras obras o “regalos” que recibe la sociedad, que no merecen el mismo razonamiento ético. Pienso en las obras de caridad, por ejemplo, que hizo durante mucho tiempo Pablo Escobar en los barrios más pobres de Medellín. Esas donaciones, construcciones, regalos, obras caritativas cumplen una función utilitaria para el que las realiza. En tal caso, aunque algunos argumenten que el famoso narcotraficante pensaba en paliar las condiciones de vida de los más pobres de Colombia debido a un pasado lleno de carencias, también, existe la posibilidad de argumentar que a través de esos regalos se compran lealtades, seguridad, la construcción de una imagen de benefactor y distintos beneficios que busca el autor con sus supuestas muestras de desprendimientos para con los más vulnerables.

Del mismo modo, pienso en todos los actos caritativos que hacen los políticos previos a las campañas electorales. Algunos, con muchos años de antelación y otros con mayor descaro en los meses y/o semanas próximas a una elección.

Considerar que se debe elegir a un candidato, simplemente, porque dio algún regalo, donación o realizó una obra de caridad para la comunidad, es el resultado de no realizar un examen algo exhaustivo sobre las causas de aquellos “bondadosos” actos. Quizás habría que preguntarnos, ¿por qué se regalan o donan cosas?, ¿cuál es el motivo que impulsa tal donación o regalo?, ¿es genuino tal acto de bondad?, y si no es el caso ¿será que aquel benefactor no trata de manipular conciencias para someter voluntades por un mero sentido de agradecimiento?




Imagen recuperada de: https://www.abc.es/cultura/libros/abci-diez-servidores-satanas-203678554509-20170503013635_galeria.html#imagen3

jueves, 24 de diciembre de 2020

Más sabe el diablo porque estudia, analiza, duda y tiene el hábito de la reflexión que, por viejo y diablo

Mario G. Mercado Callaú

Nuestra cultura tiene un arraigado respeto por lo que piensan, sienten y creen los adultos mayores, esto, porque se tiene la creencia que, la experiencia de los años es la “mejor herramienta” para entender el mundo. Para algunos individuos las arrugas y canas simbolizan diplomas de sabiduría y conocimiento.

Sin embargo, en tiempos como el nuestro esto cada vez se torna menos verdadero. El hombre no sólo aprende por lo que experimenta o percibe, sino también por aquellas ideas que puede articular producto de conceptos, teorías y razonamientos que la convivencia en sociedad le brinda.

Probablemente la experiencia (o lo que se percibe de ella) puede ayudar a distorsionar eventos y fenómenos que se producen en la realidad. Pensemos, por ejemplo, en el creciente número de mortales que consideran que la Tierra es plana. Algunos de sus argumentos parten de premisas críticas contra el “establishment académico”. Se dice que, la experiencia cotidiana (o lo que se percibe de la realidad) nos demostraría que vivimos en un aparente mundo plano, contrario a lo que nos imponen los centros educativos. Para estos sujetos aprendimos que el mundo es casi esférico porque una autoridad (maestro) a través de instituciones humanas coercitivas (colegios y universidades) nos imponen lo que se debe creer y considerar conocimiento. Por lo tanto, estas verdades incuestionables, son impuestas por instituciones que podrían tener intereses que quizá no conocemos.

Comparto la preocupación y la crítica que se plantea. Es cierto, en muchos establecimientos educativos del planeta (sobre todo en países en vías de desarrollo) cuentan con sistemas de enseñanza por imposición, sometiendo a estudiantes a creer lo que dicen textos y/o profesores sin objeción. Muchos maestros no buscan alternativas a la luz de razones, evidencia y experiencias que permitan a cada estudiante inferir y obtener sus propias conclusiones.

Sin embargo, aunque podemos estar de acuerdo con esta crítica, sus conclusiones posteriores yerran completamente. Esto porque se afianzan en métodos o herramientas poco válidas para el conocimiento. Para Bunge estas críticas son realistas, no obstante, ingenuas, porque se toma como verdad aquello que en apariencia nuestros sentidos dicen que es real.

Bastaría con recordar el razonamiento platónico de la caverna para dejar de pensar que nuestros sentidos son la mejor herramienta (o la única) para entender el mundo, la sociedad y lo que sucede a nuestro alrededor.

Niños, jóvenes, adultos y ancianos extraen conclusiones de lo que sucede en el mundo desde lo que conocen, creen y perciben que pasa, muchas veces dejando de lado herramientas y conocimientos que podrían ayudar a describir mejor aquellos eventos que suceden a nuestro alrededor.

Es por eso que, aunque veamos a hombres con muchos años como, Mario Bunge, Juan José Sebreli, Jürgen Habermas, entre otros intelectuales contemporáneos, con ideas brillantes o describan con bastante profundidad hechos naturales y/o sociales, estos conocimientos no emergen de la experiencia quedan los años, sino, más bien, por utilizar herramientas, estudiar y por haber desarrollado el hábito de la reflexión durante mucho tiempo.


Imagen recuperada de: https://www.artehistoria.com/es/obra/san-pablo-ermita%C3%B1o